A propósito de Cortázar

 

Manera sencillísima de destruir una ciudad
Publicado en "La vuelta al día en ochenta mundos", del mismo autor, Ed. S. XXI, p. 15

    Se espera, escondido en el pasto, a que una gran nube de la especie cúmulo se sitúe sobre la ciudad aborrecida. Se dispara entonces la flecha petrificadora, la nube se convierte en mármol, y el resto no merece comentarlo.