Juana la lo-ca (2a parte)

    Una vez que tengas los ingredientes solicitados, a la mano, te pido que cargues en tu mente los elementos que aparecerán... conforme avances la lectura.

 

    Imagina un gran imperio del México Antiguo, alguno que no haya existido, uno que sea magnífico y a tu antojo. Piensa en sus construcciones, grandes pirámides de roca lisa, como si el tiempo la hubiese pulido con paciencia y perfección. Poco a poco, el mismo tiempo nos ayudará a destruir ese gran imperio por niveles, irán cayendo esas magníficas construcciones que tenías en mente. Empieza, tíralas por partes, como gustes, pero no las derrumbes por completo, únicamente deja la base de ellas, algunos escalones, si quieres, y haz esa vista continua durante muchos kilómetros, hasta donde tu vista te deje ver.

    1. Toma la bandeja o lo que hayas conseguido de ese punto, agrégale el agua de tu vaso y mete ahí tus pies. Una vez que lo hagas, sigue leyendo.

    ¿Puedes sentirlo? Es un río, un río que pasa por sobre esas ruinas que habíamos construido, que habíamos derrumbado. Ve como corre, siente como le diste vida a un cauce y disfruta de su presencia, de su existir, de tu creación. Mueve tus dedos, mueve tus pies, haz el sonido del agua e imagina que vas caminando por ese río, buscando algo, tratas de encontrar a alguien, y seguirás avanzando hasta que tus pies o tu ánimo te lo permita. Continúa hasta que decidas parar y detente. Detén la lectura y detén tus pies cuando sientas que no puedes avanzar más.

    2. Agrega la sal de uvas o el Alka Seltzer a ese agua. Siente el burbujeo, disfrútalo, haz tu momento de goce. Cuando te sientas más relajado, continúa la lectura.

    ¿Qué pasa? ¿Qué hay debajo de tus pies? No, no estás soñando, es una nube blanca, que has creado, señor y dador de sueños. No tengas miedo, no vuelvas atrás. Ven, ven conmigo, te estoy esperando. Siente la ligereza del viento y siente cómo te elevas por las ruinas y cómo, con sólo desearlo, puedes construir ese magnífico reino nuevamente y, si aún lo deseas, puedes llevarme a reinar contigo.

    3. Ahora ya sabes lo que debes hacer... saca tus pies del agua, enjuágalos, sécalos y ese agua que se hizo nube, sácalo al patio para que vuele hasta mí con solo imaginarlo. Gracias por colaborar.